viernes, 20 de enero de 2012

1939

  
Caer de muerte y aves a la par.
El graznido seco, el piar cansado
de un gorrión, que lloroso y desganado
dejó en huellas su tácito cantar.

Caen hojas sangre y son tierra y son mar.
Olas llevaron tiempo de verano:
las hojas que acabaron en mi mano.
Al compás vespertino todos van.

Me caen los sueños y la luna llora,
la rosa de verano me arde y quema,
el malestar de espinas hiere ahora.

Chispas del cielo que a veces se sueñan
diadema en sol y luna abrasadora,
siendo tan solo estrellas que se estrellan. 



3 comentarios:

Fon dijo...

Me he imaginado el graznido seco tras un disparo de muerte, gran imagen! La referencia al gorrión y la estrofa segunda no me han gustado tanto, quizá porque tiene muchos puntos?

La estrofa tercera la que más me ha gustado, especialmente... "el malestar de espinas hiere ahora".



Un placer leerte de nuevo!

un abrazo y suerte en exámenes

aleskander62 dijo...

Luna abrasadora...

Anónimo dijo...

Yo no soy un experto en poesia y lo admito. La verdad nunca me ha llamado la atencion, pero si te soy sincero este poema me ha gustado. Expresa todo muy bien con definiciones no muy rebuscadas, y eso me ha gustado.
Sigue asi, un abrazo