Y los árboles que siempre suenan
entorpecen que mis lágrimas caigan.
Y los pájaros que siempre vuelan
en su piar mi dulce queja callan.
Y las flores que su aroma esparcen,
mi tristeza en alegría bañan.
Y tus ojos, color de la esperanza,
no sé qué hacen, no sé qué pasa.
1 comentario:
Hermoso Ignacio en la nostalgia que describe. Un gusto leerte.
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