Pisar.
Silencio.
Y volver a pisar.
A mi vera un haya, a lo lejos trigo.
El milagro que unos cuentan,
las leyendas que otros narran...
Fue allí, junto al molino.
La frondosidad del alma,
la profundidad del bosque,
un roble y mis sentidos
se unen aquí, en el camino.
6 comentarios:
Me encanta, Ignacio. Es de una intimidad tan enorme, que no puede más que enamorar. En tal sentido, me recuerda a la primera etapa de Juan Ramón Jiménez.
Gracias por compartirte.
Salud, suerte y un abrazo, Ignacio.
El inicio de este poema es espléndido. Translada al lector al interior de cada verso y se hace párticipe.
Un saludo y disfruta de lo que queda del puente! =)
Gracias, Silvia. No sabes como estoy disfrutando con tu nuevo blog y con el de "poetas y cables". Gracias de nuevo y hasta el lunes.
Por cierto, incógnita si algo tiene es futuro, que nadie lo olvide.
F.J.G.G., me encantaría saber tu nombre, pues aunque te voy conociendo poco a poco por tus poemas escribir esas cuatro letras con los puntos me duele cada vez que lo vuelvo a hacer.
Me ha parecido muy interesante el apunte sobre JRJ, ojalá le llegara a la suela de sus pies. http://almasdepoetas.blogspot.com/2010/02/eternidades.html, gran poema de JRJ.
Igualmente, salud, suerte y un abrazo.
Ignacio.
Verdaderamente, este último poema tuyo es como un niño insistente que tirando de la camisa se quiere hacer oir a gritos: "Juan Ramón, ¡Juan Ramón Jiménez!".
Antes de hacer el apunte, confieso que tuve cierta reserva, porque si comparas a alguien que no esté muerto - y que guste de la poesía - con JRJ, ese alguien lo más probable es que reaccione con una modestia impregnada de violencia.
Pero me reitero. Y te digo más, yo no soy partidario de decir qué es mejor y qué es peor, menos aún en poesía; pero por si insistes, allá va: desconozco si llegaste, llegas o llegarás a la suela de JRJ, pero lo que sí conozco es que tu poema - sin aditivos - me enamora.
Y para el dolor, ¡toma medicina!,
mi nombre es Francisco Javier Granados García.
Salud, suerte y otro abrazo, Ignacio.
Qué bonito, el ritmo y la frondosidad... y las tres primeras pisadas-versos.
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