jueves, 8 de diciembre de 2011

HACER CAMINO

                                                    Pisar. 
                                                             Silencio.               
                                                                           Y volver a pisar. 

A mi vera un haya, a lo lejos trigo.
El milagro que unos cuentan,
las leyendas que otros narran...
Fue allí, junto al molino.

La frondosidad del alma,
la profundidad del bosque,
un roble y mis sentidos
se unen aquí, en el camino. 


6 comentarios:

Francisco Javier Granados García dijo...

Me encanta, Ignacio. Es de una intimidad tan enorme, que no puede más que enamorar. En tal sentido, me recuerda a la primera etapa de Juan Ramón Jiménez.

Gracias por compartirte.

Salud, suerte y un abrazo, Ignacio.

Silvia dijo...

El inicio de este poema es espléndido. Translada al lector al interior de cada verso y se hace párticipe.
Un saludo y disfruta de lo que queda del puente! =)

Ignacio Pagés Larruy dijo...

Gracias, Silvia. No sabes como estoy disfrutando con tu nuevo blog y con el de "poetas y cables". Gracias de nuevo y hasta el lunes.
Por cierto, incógnita si algo tiene es futuro, que nadie lo olvide.

Ignacio Pagés Larruy dijo...

F.J.G.G., me encantaría saber tu nombre, pues aunque te voy conociendo poco a poco por tus poemas escribir esas cuatro letras con los puntos me duele cada vez que lo vuelvo a hacer.

Me ha parecido muy interesante el apunte sobre JRJ, ojalá le llegara a la suela de sus pies. http://almasdepoetas.blogspot.com/2010/02/eternidades.html, gran poema de JRJ.

Igualmente, salud, suerte y un abrazo.
Ignacio.

Francisco Javier Granados García dijo...

Verdaderamente, este último poema tuyo es como un niño insistente que tirando de la camisa se quiere hacer oir a gritos: "Juan Ramón, ¡Juan Ramón Jiménez!".

Antes de hacer el apunte, confieso que tuve cierta reserva, porque si comparas a alguien que no esté muerto - y que guste de la poesía - con JRJ, ese alguien lo más probable es que reaccione con una modestia impregnada de violencia.

Pero me reitero. Y te digo más, yo no soy partidario de decir qué es mejor y qué es peor, menos aún en poesía; pero por si insistes, allá va: desconozco si llegaste, llegas o llegarás a la suela de JRJ, pero lo que sí conozco es que tu poema - sin aditivos - me enamora.

Y para el dolor, ¡toma medicina!,
mi nombre es Francisco Javier Granados García.

Salud, suerte y otro abrazo, Ignacio.

Fon dijo...

Qué bonito, el ritmo y la frondosidad... y las tres primeras pisadas-versos.